LAS CLAVES DEL APRENDIZAJE DE IDIOMAS: FACTOR DE COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL

EL CÍRCULO.  Laure Dykstra – En un estudio IFOP* de enero de 2009 el 49% de los cuadros directivos confesaban sentirse incómodos al enfrentarse a una lengua extranjera. Esta cifra es preocupante e induce a las empresas a invertir parte de sus presupuestos en formación para puestas a punto en idiomas que a veces resultan lentas y difíciles. Este hecho compromete nuestras capacidades e nivel internacional, en una economía globalizada cada vez más multilingüe. ¿Por qué nos cuesta tanto a los españoles o a los franceses aprender la lengua de Shakespeare? A priori nada nos hace menos aptos que los demás a la hora de aprender idiomas, así que habrá que buscar en otra parte el origen de nuestros bloqueos para proponer soluciones adaptadas. Ahora vamos a repasar algunos puntos relativos a nuestras particularidades idiomáticas que deberían motivarnos para desplegar más esfuerzos y acelerar un aprendizaje duradero de lenguas extranjeras. Primer punto:  Es importante recordar que más allá de la adquisición de un vocabulario y unas estructuras gramaticales, un idioma es ante todo una estructura sonora cercana a una partitura musical, altura de sonidos, ritmo, puntos de apoyo y sonoridades específicas materializada a través de lo que se llama banda pasante de una lengua. Según los trabajos de Alfred A. Tomatis, médico e investigador especialista en otorrinolaringología, la banda pasante del español es muy estrecha y está constituida por dos intervalos (100-500 hz y 1500-2000 hz), muy parecida al francés, mientras por ejemplo, el inglés británico evoluciona entre 2000 y 12000 herzios, el inglés norteamericano por el contrario tiene una banda pasante mucho más grave que comienza en los 1500 hz. En cuanto al ruso, este idioma posee la banda pasante más amplia y evoluciona entre 400 y 12000 herzios. En segundo lugar, desde el punto de vista fisiológico, el oído interno se desarrolla en referencia a la lengua materna. Toda persona percibe naturalmente los sonidos dentro de la banda pasante de su lengua materna. Más allá es mucho más difícil, si bien las del español y el francés como ya hemos comentado son muy estrechas, lo cual no nos permite captar claramente sonidos fuera de la propia banda pasante. Y como ustedes podrán comprobar, no existe apenas un intervalo común de las bandas pasantes del español o del francés con la del inglés. A cambio, el oído de un español o un francés captarán con mucha más facilidad detalles del acento norteamericano, cuya banda pasante es mucho más baja que la del inglés británico. ¿Entonces somos el único país europeo que sufre una banda pasante limitada? Sí, con la excepción de los franceses que tienen una banda pasante casi tan estrecha como la nuestra. De por sí el joven español estudiante de idiomas necesitará un esfuerzo considerablemente grande para adquirir el idioma, esfuerzo que se verá facilitado si el aprendizaje se realiza en la escuela desde la infancia y si tiene lugar de forma sostenida. Todo aprendizaje tardío del lenguaje resultará más trabajoso y difícil, y más aún en un contexto profesional que incluye urgencia y presiones. Tercer punto: Además de estos asuntos de importancia capital y que pocos se cuestionan, el inglés pertenece, como es sabido, al grupo de idiomas de origen anglosajón. Así pues, es natural que un alemán, un holandés o un escandinavo tengan mucha facilidad para aprenderlo y hablarlo. De igual modo, a los españoles nos es mucho más fácil aprender francés, italiano o portugués, todos ellos idiomas procedentes del latín. Por esta razón, a un hispanohablante le supondrá un esfuerzo mayor y más prolongado aprender e integrar cualquier otro idioma de origen no románico. Cuarto punto: el aprendizaje de un idioma se realiza con el tiempo, con la regularidad del trabajo diario, a través de la inmersión y la puesta en práctica. Es ahí donde el medio cultural y profesional se revela como determinante y es importante que favorezca la exposición regular al idioma objetivo. Considerando la menor aptitud natural para aprender sonoridades que nos resultan lejanas, para aportar resultados permanentes deberemos realizar importantes esfuerzos en el aprendizaje con métodos más basados en la escucha, la sonoridad del idioma y la práctica oral. En la enseñanza primaria, por ejemplo, el inglés debería considerarse una materia prioritaria, tanto como la lengua española o las matemáticas, lo que permitirá hacer progresar las competencias lingüísticas de todos los españoles. En las carreras universitarias debería integrarse módulos en inglés, lo que favorecería la igualdad de oportunidades. En la plantilla de la administración española, debería asimismo integrarse el inglés en los contenidos de oposición y su utilización más sistemática en el entorno de trabajo permitiría responder a las necesidades de los usuarios extranjeros. Además, para que el mayor número de personas posible pueda practicar inglés o cualquier otro idioma debería generalizarse el subtitulado en versión original en todas las series de televisión. En los cuadros directivos de empresa promover la internacionalización de los equipos y los comités de dirección y hacer el uso del inglés obligatorio como idioma de trabajo incitaría a una mayor motivación para aprender el idioma. Para conseguirlo está claro que debe ofrecerse un apoyo importante y real a la formación a disposición de cada empleado, directivo, funcionario y estudiante. Así pues y para concluir solo me queda animar a la revisión de nuestras prácticas de enseñanza de inglés, idioma estratégico y prioritario, con los siguientes consejos:

  • Iniciar el aprendizaje desde la infancia, en la enseñanza primaria
  • Introducirlo con una frecuencia sostenida: cada día
  • Que el profesor maneje el idioma como su lengua materna
  • Poner el acento en la inmersión sonora, la escucha y la conversación
  • Un entorno cultural que favorezca la escucha y la lectura en idiomas-objetivo (películas y series de televisión subtituladas en el idioma original) en los medios españoles
  • Una enseñanza universitaria con abundancia de módulos impartidos en inglés
  • Una formación adaptada para los idiomas en todas las empresas y administraciones independientemente de su tamaño.

Dominar uno o varios idiomas es disponer de una herramienta de comunicación internacional decisiva hoy en día. Esto favorece la empleabilidad y el desarrollo de una visión internacional indispensable para la comprensión de las relaciones globales. Una lengua extranjera proporciona también acceso a información estratégica que refuerza la competitividad y la innovación en nuestro país. * Estudio IFOP (Institut français d’opinion publique) – Sytran de enero de 2009 Escrito par Laure Dykstra – Consultora y coach – EastWest Conseil, International Projects & Global Culture Fuente: http://lecercle.lesechos.fr/entreprises-marches/management/rh/221192587/cles-apprentissage-langues-facteur-competitivite-a-inter Traducción/adaptación al español: Alvaro Soldevila Ribelles